Alter Ego
El frío invierno azotaba la ventana, tras las cortinas hechas jirones de aquella desvencijada habitación. Los rayos de la luna iluminaba hasta el más recóndito hueco de mi alma. Desnuda ante mi diosa Eisenhad, rogaba porque esta noche no se repitiera. Acurrucada en la cama llorando en silencio, mientras me repetía una y otra vez que no era más que una pesadilla que ya no volvería a suceder. El mundo se paró y los pasos, marcando cada segundo menos para el desenlace, comenzaron a retumbar. Lentamente el sonido sordo y hueco se estaba acercando. Con la respiración agitada me deslicé debajo de la cama, pegándome todo lo que me fue posible a la pared. Cerré los ojos y me tapé los oídos para no escuchar ese profundo chasquido. Ese susurro que indicaba el comienzo de mis pesadillas. - Buenas noches luz de luna, papá ha venido a desearte buenas noches. - Las palabras se arrastraron torpemente desde esa serpiente mientras las sombras proyectadas por la vela sujetada por esos dedos arru...